El caso es que voy a dejar
aparcadas el resto de cosas que tengo
que hacer para contar algo que no me interesa ni a mí. No me interesa porque ha
llovido mucho desde entonces, ha pasado mucho tiempo y lo cierto es que no va
ninguna parte.
El tema es cuando y como compré
mi primer coche. Acabo de leer un blog en el que se jubila un coche y su dueño
se siente más libre porque le estaba dando mucha guerra, por otro lado le da
pena y le trae recuerdos. Y me ha venido a la mente el como compré mi primer
coche.
Había estado trabajando durante 4
años, como dependienta y dando clases particulares. Me salió un trabajo,
después de echar currículos por toda España, bien lejos de mi casa. Tenía que
coger dos aviones para ir de mi casa al
trabajo. O sea que me instalé allí. Era una sustitución a una persona que
estaba embarazada y le habían dicho que tenía que guardar reposo. Era un
trabajo para el cual se requería al menos la titulación que yo tenía. Me
interesaba estrenarme en algo relacionado con lo que había estudiado.
No es que estuviera directamente relacionado
ese trabajo, pero sí requería una titulación y por fin iba a tener un sueldo
que me permitiera respirar un poquito.
Se acabó la sustitución y después
de estar un año en el paro, preparándome para todo tipo de trabajos
relacionados con el que había encontrado y después de pasar demasiadas
peripecias, encontré trabajo en mi provincia, a 60 Km de mi casa. Bueno, tenía
carné de conducir y me interesaba, no sólo tener el carné, sino saber conducir,
porque no sabía donde iba a encontrar trabajo ni cuando.
Había ahorrado suficiente dinero
como para comprar un coche. Estuve mirando, hubo uno que me gustó sobre todo
porque era el mismo modelo con el que me había sacado el carnet y me resultaba
familiar. Me pedían un 10% más que el dinero que yo tenía ahorrado. Le dije al
comercial que yo tenía un tope para poder gastarme, que para ellos la
diferencia de dinero no era nada, pero para mi era mucho, que me lo dejaba por
lo que yo tenía ahorrado o no lo compraba.
Entra, sal, voy a preguntar al
jefe. No llegamos a ningún acuerdo. Adiós
muy buenas. Me llamó por teléfono a los días. Fui y total que no me ofrecía lo
que yo le había propuesto. Más de una hora de cavilaciones, toda la tarde, por fin
llegamos a un acuerdo, me lo dejaba a ese precio si me llevaba el de color
blanco que lo tenían allí. Pues vale, el blanco.
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