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sábado, 8 de diciembre de 2012

Días oscuros y fríos

¡Qué cansancio! ¡Qué sueño! No amanece en todo el día. El día es muy corto y sigue acortando.

A partir del 21 de este mes, que según han dicho los americanos no se acaba el mundo, empezará a alargar un poquito cada día.

Son días oscuros, cortos y fríos. No es de extrañar que se haya inventado la Navidad.

Aunque con raíces religiosas, el nacimiento de Cristo, todos estamos de acuerdo en que la forma de vivir estas fiestas no tienen nada que ver con un Dios nacido en un pesebre humilde, un Dios que ha dicho que el cielo es de los pobres, que los ricos no pueden entrar.

Con la excusa de este humilde nacimiento celebramos la Navidad, que tiene  de todo menos de sencillez.

Y no es de extrañas que con este frío, esta oscuridad, esta tristeza, este no poder salir de casa por el mal tiempo, hayamos buscado la forma de juntarnos aunque sea para darnos calor, la forma de comer cosas nutritivas para combatir el frío, la forma de celebrarlo en casa con adornos, regalos, escribiendo postales….

Hacemos lo que podemos para convertir estos días tan paralizantes en algo entrañable para mucha gente. Convertimos estos días cortos, fríos y oscuros en días de luz, de colores, de calor humano, de ilusión….

Lo que podía ser una solución para estos días tan fríos, lo que puede convertir este tiempo oscuro en algo brillante… si no lo consigues, es un fracaso.

A veces consigues reunirte con toda la familia, poner suculentos manjares, cosas muy apetitosas, probar recetas nuevas…. Lo piensas con tiempo, decides con quien te vas a juntar esos días. Empiezas a hacer mentalmente una lista de todo lo que tienes que preparar, una lista con todo lo que tienes que comprar, una lista con todo lo que tienes que tener preparado para poner la mesa, una lista con todos los objetos que vas a poner en el árbol, una lista de todos los regalos que tienes que hacer… y puedes hacerlo con ilusión, o puedes hacerlo porque toca.

O bien puedes optar por lloriquear diciendo: me voy a quedar solo/a estas Navidades, ninguno de mis hijos va a estar en Nochebuena, llega la Nochebuena y me quedo solo/a… y es mucho más triste que si estás sólo/a cualquier otro día del año.

¿Os vais a juntar? ¿Cuántos os juntasteis? ¿En casa de quien? ¿Qué te regalaron los Reyes?

¿Dónde fuisteis en Nochevieja? ¿Te disfrazaste?

Al final se convierte también en una competición, quien se junta con más gente, quien come qué.

Has decidido los invitados y te das cuenta de que alguien se queda solo, decides invitarle, por ejemplo, a la madre de tu nuera. Y a partir de ese momento, tienes a la señora, muy enseñorada todas las Navidades sentada muy arreglada, dando conversación bien interesante, mientras tú vas y vienes de la cocina llevando y trayendo platos.

Además, comenta, a mí las almejas a la marinera me suelen salir muy bien, yo les echo un poco de vino blanco, no les has echado, ¿Verdad?

Se van a tomar algo antes de cenar y tú no puedes porque todavía te quedan cosas que preparar, porque tienes invitados.

Y resulta que llegan muy alegres porque se han tomado un vinito, y nada más llegar abren otra botella de vino, que sea bueno,  que para eso es Navidad.

 Y tú sigues terminando de preparar las cosas. Y se sientan muy animados a la mesa que tú has puesto y empiezan a comentar la buena pinta que tiene todo, que has puesto demasiadas cosas, ¿para qué tanto? Y se lo van comiendo y tú trae y lleva platos y ellos bebe un poquito más y entonces es cuando empiezan a hablar cada vez más alto y empiezan a discutir y tu marido a cantar que no sabes donde meterte y otro contando chistes. Ya llevan dos copas rotas y el mantel lleno de vino. ¡Alegría! Y se ríen y a ti te hace una gracia que no veas tú.

Y sale el tema de la política y más vale que no salga y sale el tema de la religión y más vale que no salga, mejor no hablar de futbol. No son días de criticar. Y entonces es cuando la madre de tu nuera empieza a contar como se celebraban las Navidades en su familia, vamos que nadie sabía celebrar las Navidades mejor que ellos. Ellos sí que sabían….

Y después del postre, los turrones y las copas se reparten los regalos, y aquello que compraste con tanta ilusión, ves que no le hace ninguna ilusión a quien lo recibe, y además te pregunta que donde lo has comprado para ver si puede cambiarlo, porque es una pena que te hayas gastado tanto en eso que ni puñetera falta que le hace.

Y ya por fin se van todos y te queda la casa como si hubiera pasado Atila, pero tienes el consuelo de que al día siguiente es NAVIDAD. ¿Con quien te vas a juntar? ¿Qué vas a comer el día de Navidad?

No, no me gustan las Navidades. No, no quiero ponerme nostálgica con la gente que falta, que ya no estará.

No encuentro mejor forma de pasar estos días, sino dejando que pasen. Pasando de todo. Tomándolo con humor, no viendo películas sentimentales. Procurando tomar alguna cosa que el resto del año no se puede comprar, porque son productos que sólo se venden en estas fechas. Siempre hay algo que todavía no has probado… probar algo que nunca antes hayas probado siempre es un capricho.

De cualquier forma me alegro de que haya gente que disfrute estos días, que le gusten los adornos navideños, que sepan juntarse con los más íntimos y organizarse para que todo el peso de los preparativos se repartan entre todos, que sepan disfrutar de los detallitos, que sepan llenar su casa de color sin pasarse en el presupuesto, sin comprar por comprar. Que no hagan ostentación de lo que han comido ni de haberse juntado con mucha gente.

Y si alguien tiene que pasar sólo/a esos días que sepa tomarse un dulce y disfrutarlo, o bien que se olvide de qué fechas son. Que se dé una vuelta y mire belenes… yo qué sé.

Me parece muy bien que la gente disfrute de la Navidad, y me parece muy bien que la gente pase de la Navidad.

Estas Navidades y las que vienen y las que vienen… parece que no van a ser fechas en las que la gente gaste tanto… Bueno, para eso está el reciclaje. ¡A ver qué contra hacemos con tanta basura!

jueves, 22 de noviembre de 2012

No me interesa ni a mí

Tengo  bastantes cosas que hacer, algunas son importantes y otras quisiera hacerlas, sin embargo, urgente, lo que se dice urgente no hay ninguna, bueno, sí. Interrumpiré este escrito para hacerla en su momento y después lo retomaré.

El caso es que voy a dejar aparcadas  el resto de cosas que tengo que hacer para contar algo que no me interesa ni a mí. No me interesa porque ha llovido mucho desde entonces, ha pasado mucho tiempo y lo cierto es que no va ninguna parte.

El tema es cuando y como compré mi primer coche. Acabo de leer un blog en el que se jubila un coche y su dueño se siente más libre porque le estaba dando mucha guerra, por otro lado le da pena y le trae recuerdos. Y me ha venido a la mente el como compré mi primer coche.

Había estado trabajando durante 4 años, como dependienta y dando clases particulares. Me salió un trabajo, después de echar currículos por toda España, bien lejos de mi casa. Tenía que coger dos aviones para  ir de mi casa al trabajo. O sea que me instalé allí. Era una sustitución a una persona que estaba embarazada y le habían dicho que tenía que guardar reposo. Era un trabajo para el cual se requería al menos la titulación que yo tenía. Me interesaba estrenarme en algo relacionado con lo que había estudiado.

No es que estuviera directamente relacionado ese trabajo, pero sí requería una titulación y por fin iba a tener un sueldo que me permitiera respirar un poquito.

Se acabó la sustitución y después de estar un año en el paro, preparándome para todo tipo de trabajos relacionados con el que había encontrado y después de pasar demasiadas peripecias, encontré trabajo en mi provincia, a 60 Km de mi casa. Bueno, tenía carné de conducir y me interesaba, no sólo tener el carné, sino saber conducir, porque no sabía donde iba a encontrar trabajo ni cuando.

Había ahorrado suficiente dinero como para comprar un coche. Estuve mirando, hubo uno que me gustó sobre todo porque era el mismo modelo con el que me había sacado el carnet y me resultaba familiar. Me pedían un 10% más que el dinero que yo tenía ahorrado. Le dije al comercial que yo tenía un tope para poder gastarme, que para ellos la diferencia de dinero no era nada, pero para mi era mucho, que me lo dejaba por lo que yo tenía ahorrado o no lo compraba.

Entra, sal, voy a preguntar al jefe. No llegamos a ningún acuerdo.  Adiós muy buenas.  Me llamó por teléfono  a los días. Fui y total que no me ofrecía lo que yo le había propuesto. Más de una hora de cavilaciones, toda la tarde, por fin llegamos a un acuerdo, me lo dejaba a ese precio si me llevaba el de color blanco que lo tenían allí. Pues vale, el blanco.

martes, 20 de noviembre de 2012

Explicación

Me apetece este blog. Me apetece escribir lo que me apetezca escribir. Saltarme las normas más elementales para hacer apetecible la lectura de algo.

Contra la libertad de expresión, la libertad de no leer lo que hay escrito.

Quien más quien menos se censura al escribir, al publicar. Hay cosas que doy por supuestas que no voy a escribirlas ni tan siquiera pararme a pensarlas, también nos censuramos al pensar porque hay cosas que no son agradables, por ejemplo.

Sin embargo al publicar, al escribir, tenemos en cuenta que sean temas interesantes, que se suponga que son interesantes, temas de actualidad, temas que puedan llegar a alguien.

Buenos contenidos.

Una vez que hay algo que te “reconsume” o que encuentras interesante, publicas sobre ello. Sin embargo al publicar tienes en cuenta que tiene que estar bien redactado, que mejor si no lleva faltas de ortografía, que hay que procurar no repetir las cosas más veces de la cuenta, que no sea una entrada excesivamente larga, que la gente tiene muchas cosas que leer y no puede estar con alguien que para decir algo que se puede decir con 3 palabras, utilice un folio.

Hay que ser rápidos en dar la información que queremos dar. Que sea una información que aparte de interesante pueda enganchar al personal por su punto de originalidad.

Cuanta más información, con menos palabras y que además se entienda nítidamente mejor.

Si lo ilustras con unas fotos siempre queda bonito. No sé si lo aprecia tanto el que lo lee como el que contempla su blog con las fotos tan preciosísimas que ha puesto.

Bueno, el caso es que me apetece un blog de andar por casas, un blog para escribir sin resumir lo que me ronde la cabeza.

Un blog para escribir según se habla, según se piensa, a voleo.

Un blog que no toque temas interesantes. Un blog que no intente resumir los contenidos para que a la gente le resulte más cómodo echar un vistazo a ver qué es lo que ha escrito.

Un blog que no se solidarice con ninguna idea, con ningún sentimiento ni a favor ni en contra de nadie.

Supongo que será un fracaso en todos los sentidos.

No van a tocarse temas de actualidad. No van a ser entradas cortas y fáciles de leer. No voy a decir con palabras más claras, ni más bonitas lo que muchos estamos pensando. No voy a intentar gustar a nadie.

Supongo que acabará mal, que no tiene mucho futuro. Hoy en día, todo hay que hacerlo para que se venda bien. En el caso de los blogs, para que se lean. Es curioso como nos gusta que nos lean, incluso cuando escribimos cosas que ya están escritas, incluso cuando ni siquiera nadie sabe nuestra identidad… somos enternecedores. Buscamos el cariño de gente que no conocemos y que tampoco nos conoce. ¡Qué curioso! Gente que lo único que va a hacer es leer lo que hemos puesto, entrar a nuestro blog y ver qué hemos escrito. Agradecemos que la gente entre y lea lo que escribimos y ya si hace un comentario, la bomba. Alguien que se molesta en hablar con nosotros, sin conocernos… se agradece.

Bueno, hasta aquí ningún problema, porque dudo mucho que nadie llegue hasta este párrafo.

El caso es que hay algunos blogs que me hacer recordar el título de un libro que estuvo en primeras ventas mucho tiempo : “La insoportable levedad del ser”.

Y puede ser esa la razón por la que nos apetezca escribir un blog en muchos casos.

 Y en algunos, el pudor, el no poder echar marcha atrás, nos hace publicarlos desde el anonimato. Sin embargo hay gente que publica su foto e incluso la de su familia. Me parece muy bien. Sobre todo porque hasta ahora no conozco a nadie de los que hayan puesto fotografías y mostrado su identidad que se hayan puesto en evidencia de tal forma, que digas, ¿Qué necesidad tenía de dar la cara para eso?

No, la gente que he podido ver que pone incluso fotografías de su propia familia, queda muy bien desde mi punto de vista en los blogs.