viernes, 23 de noviembre de 2012

En la red se miente

Acabo de leer en un blog, que por cierto lo he agregado a favoritos porque no quiero perderlo de vista, quiero verlo más veces y más despacio, que la gente miente mucho por internet. Que hay chicas jóvenes que creen que están hablando con alguien de su edad y viceversa.

En internet y fuera de internet hay mucha, muchísima información, es inabarcable. Hay información que cuando la buscas la encuentras, una duda que tengas concreta sobre algo.

Hay mucha gente que vierte su opinión, sus pensamientos, sus ideas, sus fotos, sus pinturas, sus manualidades, sus pareceres…. Es inabarcable, no tenemos vida para tanta información.

El colmo, o lo gracioso, o lo triste y lamentable es que gran parte de la información que recibimos por uno y otro lado, gran parte de la información que podemos encontrar sobre cualquier tema es mentira. No sé qué porcentaje de información se ajustará a la real. Muy poca, me temo. A veces me da la impresión de que se miente incluso cuando dicen el tiempo que ha hecho en un determinado sitio. Sí, últimamente incluso he tenido la impresión de que en previsiones y en temperaturas se minimiza cuando hace frío o hace mal tiempo en un lugar que tiene como valor añadido el buen tiempo que disfruta gran parte del año.

Mentiras y medias verdades es lo que podemos encontrar en todo el maremágnum de información de cualquier tipo que encontramos en cualquier sitio.

Últimamente las noticias son surrealistas, no pega una cosa con otra, ya nos estamos acostumbrando. Nos rendimos, no hacemos caso y punto. Nos lo tomamos a risa o dejamos de “informarnos”.

Cuando estableces una “relación” con alguien a través de las redes, dicen que se dicen muchas mentiras. Por de pronto, hay mucha gente que no damos la cara. Sin embargo, eso significa que somos más falsos y menos reales que los que ponen su fotografía. Yo no la pongo, he llegado a poner la fotografía de alguien que todo el mundo sabe que no soy yo.

Hablo de lo que me parece, no cuento mi vida. Lo que digo lo pienso o lo siento. No digo todo lo que pienso y siento.

Sin embargo, fuera de las redes, cuando tienes a gente de carne y hueso delante de ti, cuando puedes verles, oír lo que dicen, como se mueven, como hablan…. ¿te puedes fiar?  ¡Já!  No hay más que ver la cantidad de gente que ha sido timada y estafada por gente con la que ha podido hablar directamente, no a través de la red.

No hay más que ver la cantidad de gente, no es poca, que se divorcia antes del primer año de matrimonio. ¿Se han casado a través de la red?

La gente engaña en la red. Hay gente que quiere ser engañada a través de la red y a través de cualquier medio. Hay gente que es engañada y hay gente que busca que le engañen. Todos queremos engañarnos. Tenemos que engañarnos. El primer engaño que queremos creernos es que somos importantes, y no, no lo somos. Todos somos exasperadamente prescindibles. Podemos ser imprescindibles para poquita gente, para uno, tres… Al final somos imprescindibles para quien es imprescindible para nosotros. Una vez que somos adultos, los niños son punto y aparte en este sentido, nos resulta imprescindible la gente para los que lo somos.

Si sabemos que alguien nos necesita, que somos importantes para esa persona, que aunque no seamos imprescindibles podemos conseguir que esa persona se sienta bien, mejor con nosotros, que sin nosotros, en ese momento esa persona consigue que nos sintamos importantes, que dejemos de pensar que no somos nadie, y eso nos hace que esa persona resulte imprescindible para nosotros. ¡Justo lo que necesitamos! ¡Sentirnos importantes, sentirnos imprescindibles!

Después viene quien vive de “cara a la galería”, que no se conforma con ser importante para una, dos, tres personas… que necesita sentirse admirado por vecinos, amigos, público en general. Gente a la que le importa lo que le importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario